noviembre 02, 2006

Lo que se piensa en la guerra

Últimamente me he encontrado bajo el fuego de una mala relación laboral. Los constantes bombardeos explícitos y encubiertos han confabulado para que quiera mandar a la porra a más de medio mundo.
En mitad de esta guerra hasta yo tengo ganas de convertirme en general, espía y estratega; y para defenderme he usado algunas de las desventajas de mis opositores, sólo con el real y honesto objetivo de saber cómo defenderme.
Y en esta labor de espionaje he descubierto que en el fondo de mi corazón quisiera ser muy mala, pero mi ser, mi alma, mi espíritu no me dejan ser más que la mujer que soy, tierna, amable, servicial y buena gente, con un carácter hijueputa cuando es necesario, pero al fin y al cabo yo.
Que conste que no me estoy echando flores, sólo subrayo que quisiera poder responder el bombardeo, pero mi conciencia no me da.
Y es curioso como planeo para mis adentros cuál sería alguna maldad pequeña que pudiera hacer para dar a conocer mi poder, pero a la larga, cuando tengo la oportunidad de llevarla a cabo, sale mi voz interior a decirme: "Hey!! y el Karma qué??".
Es entonces cuando siento que mi bondad natural y heredada es el perfecto tiro al blanco de aquellos cuya alma está ya tan podrida que en la próxima vida serán algo peor que vacas... y hablando en cristiano, si existiese el infierno, de fijo ya lo tienen asegurado.
Mientras espero la justicia divina o que se cumpla la ley del Karma, me revuelco de dolor y soporto con estoicismo la decepción enorme de ver cómo aquel a quien admiraba y respetaba, hoy ya no vale siquiera para grada del pedestal.

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