abril 21, 2009

La eterna historia del patito feo


La historia del patito feo está súper trillada, lo sé. Sin embargo, en una sociedad donde todo es imagen, donde todo entra por los ojos y es difícil hasta para los "bellos" estar al día con esas tendencias de belleza, a veces se nos olvida cuán vigente está la fábula.

Hace una semana Susan Boyle, una desconocida, casi llegando a sus 50, que nunca había sido besada y que vivía sola con su gato, pudo cumplir su sueño de llegar a ser una cantante famosa.

Susan participó en el programa "British Got Talent" una de las vitrinas televisivas más grandes del Reino Unido, que tiene como al juez más odioso que haya conocido la televisión mundial, Simon Cowell, un inglés algo ácido que acostumbra a repartir críticas a diestra y siniestra.

Pues bien, en el escenario de "British..." Susan atravesó un mar de burlas e incredulidad. Y es cierto, su apariencia no ayudó mucho. Torpe, poco agraciada y podría decirse que hasta casi ridícula, Boyle no tiene un pelo de artista, excepto por todo el talento que brotó de su garganta una vez que comenzó su canción.

¡Oh, sorpresa! Su vídeo ha sido visto por más de 34 millones de personas en Youtube quienes se han maravillado al escuchar la voz angelical de esta mujer que admitió a Larry King que su único deseo era no volver a estar sola jamás.

La lección de Susan me pone a pensar en cuánto talento se queda sin revelar porque el talentoso no cumple con los estándares de belleza de esta sociedad. Pero sobre todo, me hace reflexionar cuántas veces dejamos de hacer algo que nos gusta, por ese miedo a sentirnos inapropiados: teatro, canto, artes en general, deportes, trabajos y finalmente... amor.

Decimos que no somos hábiles, cuando lo que pensamos realmente es que no tenemos la apariencia para salir en tele, para hacer música, para hacer tal o cual deporte, para coquetear y conquistar; todo porque hemos dejado de apreciar la belleza física como parte de un todo, para darle un lugar privilegiado en nuestra apreciación de los demás y de nosotros mismos.

La belleza física es sagrada. Somos exitosos socialmente si somos "bellos" y hoy ser bellos significa para las mujeres ser talla 0 y para los hombres tener un súper carro último modelo. Si el gym no es suficiente para eso está el bisturí. "No hay mujeres feas, hay mujeres sin plata".
Y en los hombres el tema es un poco más complicado, porque de qué sirve ser bonito si no hay plata. "Billetera mata galán".

Lo más permanente ha pasado a segundos planos como la inteligencia, la sabiduría, la bondad, la humanidad, la personalidad, la buena conversación, el buen humor, etc, etc, etc.

Susan es un recordatorio de lo realmente importante. Venimos a este mundo con una cantidad de talentos que supera nuestra imaginación, precisamente esos talentos que hemos dejado de apreciar en pos de la perfección corporal.

Amamos a los hombres y a las mujeres bellos que se parecen a algunos lagos... muy hermosos pero poco profundos. La sorpresa termina por lo general cuando las tormentas de la vida nos van marcando la piel.