Obvio que todos te cuestionan
cuando dices que no quieres ser mamá, entonces, he aquí mis 3 razones para tal
renuncia (sin ningún orden en particular):
1. No
quiero que mi pareja me ame por lo que soy capaz de darle.
Quiero una pareja que no me busque porque “puedo
darle hijos”. No quiero desaparecer de su facebook cuando nazca el niño, ni de
sus fotos del celular.
No soy una “dadora”,
soy su pareja, pero cada vez que veo amigos para los cuales ha desaparecido su
pareja porque el güila ya nació, más me convenzo de esto.
(Y aplica tanto para hombres como mujeres).
2. Es
un trabajo de 24/7, durante casi toda mi vida.
Creo que no tengo compromiso para eso. No quiero desaparecer como mujer
y profesional detrás de las visitas al doctor, las idas a la escuela y el
colegio, las fiestas infantiles, las investigaciones a los amigos y sus
familias, las fiestas juveniles, los trabajos en casa, las tareas y los
exámenes.
En resumen, no quiero el
trabajo de madre, no estoy capacitada para hacerlo.
3. No
quiero que me llamen mala madre.
Cada
vez que tenga que salir del país o llegar tarde de la oficina, cada vez que
quiera salir con mi pareja, o nos queramos ir solos de vacaciones, no quiero
escuchar los murmullos de lo mala madre que soy porque no estoy amarrada al
carajillo noche y día.
Y tengo más por si las quieren
escuchar:
4. No
quiero que mi cuerpo sufra.
5. Detestaría
tener que levantarme a cada rato a darle de comer al carajillo.
6. No
me gustaría ser la causa por la que una persona se siente en el sillón de un psicólogo
durante 3 años, por culpa del montón de cosas por resolver, debido a su
relación con su madre.
7. Odiaría
que me llamaran “la santa madre”.
El
último modelo al que me quiero parecer a la Virgen María, sufrida y VIRGEN!
8. Odiaría
no poder darle a mis hijos todo lo que necesitan para ser personas completas
(más allá de lo material).
Estoy cansada de ver cómo tantos
niños reciben una mediocre atención por parte de los padres, que nunca se
cuestionaron si ellos querían asumir el compromiso de formar a un ser
humano. Por alguna razón, la gente cree
que ya porque se puede concebir hay que hacerlo, como si fuéramos animales
llamados a la protección de la especie.
Tranquilos, los seres humanos no estamos en extinción.
Prefiero decir sinceramente que
no me siento en condiciones de hacer ese trabajo de una manera mediocre, a
asumir que porque soy mujer tengo que darle hijos al mundo. ¿Qué me quedaré sola y sin progenie? Nadie se ha muerto de eso.