julio 24, 2008

Despertar de la tristeza


Muchas horas pensando en la oscuridad que me rodeaba sin darme cuenta de luz que dejaron de emitir mis ojos. La belleza se me escapó por un microsegundo, el tiempo se me detuvo en el corazón.

La brújula me equivocó el norte y de pronto me había refugiado en una casa deshecha, vuelta al revés. Uno puede soportar el frío por un segundo, tal vez por dos, pero la piel reclama ese calor perdido y se enoja contigo y te quita la palabra.

No estaba molesta contigo, lo estaba conmigo por llegar hasta aquí, dejarme guiar por las equívocas señales de una falsa esperanza, de una tristeza que no era mía, de un dolor que no me correspondía, de una tortura que se suponía ya había vencido.

¿Qué me hice? Le hice sombra a mi corazón cuando lo que él quería era sol. Opaqué el brillo de mis cabellos cuando ellos querían brillar. Fue como si un hada oscura me hubiese tocado con su varita y me hubiera instalado ese miedo horroroso a quedarme vacía en mitad de este bosque inmenso.

De pronto se fue la guerrera y quedó una cobarde que no sabía que existía, que no podía blandir su espada y mucho menos lograr que las flechas dieran en el blanco.

Y en medio de mi lucha de pronto sentí que mi brazo era el mismo, que mis contrincantes volvían a temblar ante la seguridad de mi mirada, que mi belleza regresaba y yo era la misma mujer sólo que un poquito más fuerte. ¿Necesitaba esa tristeza? ¿Esa pequeña tormenta era necesaria?

Me he vuelto a levantar en mitad de la noche y he vuelto a caminar segura de mi destino. Mi cabello ha dejado de ser rojo y ha vuelto a alimentarse de la tierra, tocando con suavidad las hojas caídas y bebiendo de la luz de la luna. Mi piel ha vuelto a ser un suave camino para el caminante perdido, con refugio, calor y vino en mis entrañas. Mi risa vuelve a llenar este bosque y mi voz se ha elevado de nuevo para cantar.

He despertado y sé que volveré a dormirme en la tristeza cuando se me rompa el corazón o me golpee con furia la vida, pero mi promesa es la promesa de una creyente desenfadada y cínica que aún espera el milagro del amor.


julio 14, 2008

De nuevo al fugitivo


Te añoro como una mañana fría de octubre. Creo que tu ausencia ha sido demasiado larga y me lleva a preguntarte ¿dónde has acampado, terco fugitivo?.

Juro que he salido en tu búsqueda, escurridizo y malagradecido amor y no he recibido ni una señal de dónde se te puede encontrar.

¿Acaso eres sordo ante mis súplicas? Estoy otra vez aquí perdida, en medio de este bosque oscuro, procurando alejarme de mi propia desesperación.

Y la luna ya no es mi compañera; entonces no puedo identificar entre la infinidad de rostros cuál tienes ahora. No sé cuál es tu voz, perdí la capacidad de distinguirte entre los extraños porque ignoro el nuevo aroma de tu piel. Da igual que abra o cierre mis ojos, si no puedo identificar la canción que has estado tarareando.

Maldita sea la hora esta en que te necesito tanto, amor desconocido, aún cuando me has tomado el corazón y los has hecho pedazos cuando te ha dado la gana y no has tenido la dignidad de reparlo. Maldita sea la hora en que te inventaron, amor, en que a alguien se le ocurrió bautizarte porque no sé por qué me duele tanto esta interminable espera, este impas, este paréntesis en mi propia alegría.

Y está la fe. Ah bendita hija de la esperanza, que nunca se me acaba, que sin importar cuántas veces me has abofeteado sigo aquí buscándote, esperándote, añorándote y escribiéndote, como si fueras el amante que se ha ido dejando una estela de promesas, como si de verdad creyera yo que existes como en las canciones y las historias, como si yo fuera más fuerte que la decepción.

julio 10, 2008

De regreso a la poesía


Luego de años de haber renunciado a escribir en verso, al parecer mi musa ha regresado y me ha tocado con su varita mágica. Aquí les dejo el resultado.


Y me perdí

te juro que me perdí.

Como una niña

en medio de un lugar enorme

y sin brújula.

Por favor no me juzgues,

no me hieras con esa indiferencia tuya.


Yo tenía el mapa

pero en este incendio

no me quedó nada

ni las lágrimas.


Estoy sola ahora

aquí perdida

entre las hojas que caen,

aquí dormida con el frío de este invierno

que no se termina.


Estoy desesperada

escuchando que se ha caído mi muralla

y no tengo defensas.

No me hieras con esa indiferencia tuya

que el corazón parece decirme

que no es hora para perderte.


Y me perdí,

te juro que sin querer

olvidé la brújula en mi maleta.


julio 08, 2008

De bonsais y bazares turcos

En mi cumpleaños tuve la oportunidad de conocer a nuevas personas, unos amigos de mi amiga Inés y entre ellos a uno aficionado a la fotografía y a los bonsai.

Pocas personas la verdad, he conocido aquí en CR que tengan la paciencia para cultivar y cuidar estos hermosos árboles, que representan para mí la paciencia viva, cualidad de la que siempre he carecido y que por lo general cultivo gracias a un arte manual que descubrí en mis etapas colegiales.

Javier, mi nuevo amigo, tiene en su página web www.calleamargura.com una selección de imágenes de sus queridos hijos, captados por el arte de su lente. En la sección Bonsais el cibernauta puede encontrar las fotografías de estos hermosos enanos, tradición heradada de las lejanas tierras de oriente.

Pero en www.calleamargura.com también se pueden encontrar mil cosas más. Como se lo comentara en un correo al mismo Javier, de pronto me recordó un bazar turco, un lugarcito de novedades donde poesía y fotografía se mezclan a tal punto de no saber dónde empieza uno y termina el otro.

Para aquellos que como yo gusten de estos sitios politemáticos, www.calleamargura.com es la mezcla ideal, un laberinto interminable de tantas cosas, donde un café o un té -como gusten- es el mejor compañero de trayecto.

Agradezco a Javier por compartir con el mundo y conmigo su creación y sus bonsais. Salud!

julio 01, 2008

Un hombre en delantal

Muchos hombres -y mujeres inclusive- desprecian las bondades de la cocina. A nuestros queridos machos me gustaría decirles que se pierden de una herramienta de seducción muy poderosa. Y a mis congéneres les digo que se dejen seducir por ese talento.

Por ahí dicen que los hombres son mejores chefs que las mujeres, y creo que su razón tendrán de decirlo. Considerado por muchísimo tiempo un espacio particularmente femenino, la cocina es hoy la nave nodriza de hombres que saben cómo hacer que los alimentos se rindan a sus pies.

Por mi parte he de admitir que sólo he tenido la oportunidad de salir con un hombre al que le gustara y fuera bueno en la cocina y desde entonces, pues obviamente me quedé antojada de volver a tenerlo.

Un hombre que cocina es casi igual de poderoso que uno bueno en la cama. Es exitante verlos moverse de aquí para allá, sonando los platos, probando sus recetas, picando los ingredientes, super concentrados y al punto de la pasión. A veces se olvidan de que una está allí, deseando quitarles la ropa para hacer del momento algo más erótico, pero cuando recuerdan a quién le están cocinando, todo se convierte en un momento perfecto, seguido por lo general de un postre perfecto.

Así que no me culpen por querer un hombre que use un delantal más seguido que un pantalón, porque yo con gusto le cedería la cocina.