octubre 31, 2007

El paramédico de mi vida... su alteza la música

Cada capítulo de mi vida tiene su propia banda sonora.

La primera vez que un hombre me correspondió, Mecano hizo su aparición y enmarcó entre el suelo y el cielo aquella experiencia.

Cuando me enamoré de verdad, pero de verdad, de eso que te sientes al borde del abismo y ya sabes lo que es probar las mieles de la piel de otro ser humano, pero en serio, la señora trova me vino a adornar el cabello. Prendida del micrófono y él de la guitarra, ambos nos lanzamos en una canción (Pedro Guerra, Contamíname) la flecha del amor... creo que él no se imaginó que el encanto de mi voz resultara casi igual al de una sirena, y yo nunca sospeché que sus dedos en la guitarra hicieran las veces de la varita de un hechicero.

Luego, recuerdo bien que de su boca salió ese hermoso himno que hasta hoy cuando lo escucho se me eriza la piel... "corazón... corazón oscuro..." Cuando el hechizo se rompió mi voz se volvió a levantar por culpa del despecho... y Alejandro Filio fue el culpable de componer una canción que me sirvió como el escudo en mitad de la tristeza... Sin la luna...

Ahora que el amor no ha visitado las tierras de mi cuerpo, por ahí una que otra canción se viene a colar en mi rutina para hacerse de mis esperanzas y darme esa luz en el tunel oscuro... una flauta que suena lejana y triste en aquella canción de las noches de satín... el grito rencoroso de una mujer que cree que el amor es un campo de batalla... el recuerdo de momentos muy lejanos, cuando aún era una niña y no sospechaba que las edades pudiesen contarse en décadas... en fin...

Su alteza la música, el paramédico de mi vida, la que me salvó de morir desangrada en el intento de ser parte de algo; el encuadre perfecto para poner una excusa en el momento justo donde creí que yo no podría aportar nada además de las letras; la compañera en esas tardes de trabajo en demasía, cuando creo que no voy a poder y ella aparece con una buena voz y un buen arreglo, o un buen arreglo pero una voz desastrosa, o una excelente voz y un arreglo tan simple como la belleza misma.

Ignoro cómo es el verdadero silencio, porque lo he llenado toda mi vida con los acordes de una guitarra, el grito de una gaita, las gotas de un piano y el inimitable timbre de la voz. Cuando la música ha faltado, yo misma la he inventado. Entonces es cuando me pregunto si no será que el silencio mismo es música.

Hoy mi capítulo es del recuerdo. Colecciono aquellas melodías que me han hecho sentir grande y única. He interpretado mi vida como si fuera un musical puesto en escena, con lágrimas, risas y todo. Y ella viene una vez más a rescatarme... de qué?, no sé con exactitud, tal vez de mí misma y de mis ambivalencias.

octubre 26, 2007

La mediocridad...

... y dicen que somos así. He escuchado mil veces que los ticos somos así y que nadie nos puede cambiar. Lo cierto es que en los últimos años he visto también una tendencia a no querer aceptar esa premisa como cierta.
Me parece ofensivo que vengan a decirme que somos así, ticos, y nada más, cuando habemos muchos que día a día salimos con las ganas de cambiar el mundo, eso sí empezando por nuestro país.
La comunicación y las nuevas tecnologías han hecho maravillas para que muchos levantemos la voz y digamos que sí se puede ser diferente. Ahora muchos llaman a los programas de radio y se quejan, levantan la voz, denuncian. Otros muchos utilizan los blogs, los foros en internet y los medios tradicionales para quejarse, levantar su voz y denunciar. Nos sacudimos la mediocridad y la conformidad porque ya no la queremos más.
No tiene que ver con partidos, bandos ni nada, sólo con ese sentimiento de que algo no está bien y hay que cambiarlo.
No acepto que me vengan y me digan "soy pobrecitico y los otros tienen que ayudarme", no, eso es conformismo y es lo que tiene a este país donde está. Admiro a aquellos que salen día a día a trabajar con una sonrisa en el corazón y quieren ser mejores personas un día a la vez.
Admiro a aquellos que enfrentan la adversidad con las botas bien puestas y se proponen lograr esas metas que quieren en la vida: viajar, comprarse una casa o un carro, terminar los estudios, poner su propio negocio o simplemente ser mejor en su trabajo.
Censuro a esos que más bien quieren aprovecharse del bien ajeno para surgir en la vida... que le serruchan el piso a su prójimo y que adicionalmente pone cara de probecitico.
La mediocridad se ha vestido de pobreza en este país de mentes brillantes para irse a vivir en los tugurios, en medio de cuatro latas repletas de las mejores comodidades.
Censuro a aquellos que quieren aprovecharse de las debilidades del sistema para tener mejores ingresos o simplemente una mejor posición social. Para mí esa es la mayor mediocridad de todas.

Pero en estos días para mí la peor mediocridad de todas es la de estos diputados que se hacen llamar de oposición. Y me indigna porque voté por ellos y han dejado de representarme con esa actitud obstruccionista. Para eso no les paga este pueblo... les pagamos para que trabajen. Y si van a oponerse, por favor, que sea con trabajo, no con esos cuentos chinos que ya nos tienen cansados a los ticos.

En su momento he censurado la actitud impositiva con que se recetan vacaciones inmerecidas, y el discurso de "pobreciticos" cuando deben trabajar un poco más de las horas que están acostumbrados. ¿Cuántos ticos no debemos trabajar horas extra y hasta sin paga alguna?

Así que por favor... señores del PAC, por favor... cumplan su promesa, de trabajar por este país, porque yo voté por ustedes y mi deber y derecho es exigirles acción.