marzo 16, 2007

El nuevo oscurantismo

Estoy de regreso porque el hechizo se rompió... ya no soy más de piedra.

De nuevo la Iglesia Católica se pone una flor en el ojal y pretende regresar a sus fieles a la edad del oscurantismo. Si anteriormente era difícil para los nuevos seres humanos (divorciados, casados en segundas nupcias, solteros, homosexuales, heterosexuales liberales, etc.) lidiar con una doctrina que no se actualiza, ahora con el nuevo Papa la misión es imposible.

Ratzinger, proveniente del grupo conocido como la "Policía de Dios", reafirma con sus comunicados y cartas lo obsoleta que está la iglesia, y su incapacidad para escuchar las necesidades de los tiempos. Sus leyes absurdas continúan recrudeciendo y sólo nos falta un tribunal de la inquisición que queme a los médicos y científicos, a los activistas homosexuales, a las familias no tradicionales y a las mujeres y parejas que deciden no tener hijos.

Ahora quiere incluso volver al latín, cuando hay comunidades que necesitan con urgencia profesores que enseñen ciencias, matemáticas y letras. También quiere regresar a los cantos gregorianos, cuando no ha sido capaz de aceptar la música como una forma de expresión de fe.

Sí, esta es una época oscura para el ser humano, donde abunda la violencia y la superficialidad, una época donde los jóvenes no tienen una guía factible para su sexualidad y en la que la intolerancia se acentúa. Pero la iglesia aún no puede discutir con realismo el tema del uso del condón o las pastillas anticonceptivas, le dice a sus fieles que los homosexuales son aberraciones y a los niños les cuenta cuentos de ángeles con alitas.

Afuera de las iglesias el mundo ve cómo cambian las sociedades, las necesidades y el mismo ser humano ya no piensa igual que hace 10 o 5 años. La tecnología cambia, tenemos más información, pero la iglesia tiembla si algún "directorcillo" de cine asegura haber encontrado la tumba de Jesús. ¿Qué importa si Jesús resucitó o no? Aquel que se llame cristiano sabe con certeza el valor de lo que cree, con tumba o sin ella.

Los seres humanos no necesitan rezar en latín, nceesitan rezar, entrar en contacto con su espiritualidad, no importa si el símbolo que tiene frente a sí es una cruz, un buda, la Meca o una estrella de David; no importa si está divorciado, casado, soltero, preso, feliz, triste, dormido o despierto, lo importante es esa humanidad que se nos va perdiendo a punta de tecnicismos absurdos

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