
Recientemente en Reino Unido se realizó un estudio sobre la cantidad de hombres y mujeres que habían logrado una relación luego de haber "coqueteado" en su vehículo, es decir, de choferes que en un alto o en una presa (de esas que abundan en mi linda Costa Rica) le habían "hecho ojitos" a otros choferes y se habían "empatado".
Resultó que dicha forma de conquistarno sólo era común entre los ingleses, sino sumamente efectiva. Divertido, ¿no?
Independientemente de las razones o el mecanismo, se me hizo curioso el darme cuenta de que aquí en Costa Rica la técnica es poco efectiva. Por lo menos no es algo que se escuche a menudo como una forma de conquista.
Pero, ¿por qué?, me pregunté. Si para este momento habemos muchísimas mujeres conductoras, si pasamos tanto tiempo pegados en las presas de cualquier parte de San José, Heredia, Alajuela o Cartago y si realmente ahora casi todo el mundo maneja.
Ahora bien, si nos ponemos a pensar en nuestra cultura al volante, es fácil deducir las respuestas:
- Los ticos en general continuamos siendo muy machistas. Muchos hombres todavían reaccionan negativamente al ver a una mujer manejando. Además de que se mantiene el mito ese de que "mujer al volante, peligro constante", para muchos de nuestros machos alfa sería todo un problema para su ego aceptar el hecho de que le va a "echar los perros" a una mujer que se ha atrevido a sacar su licencia.
- Las ticas no soportamos a los machos alfa, y suponemos que la mayoría de los "Fast and the Furious" que conducen sus "chuzos" por San José, probablemente tienen un serio problema con el tamaño de su miembro.
- Los ticos somos pésimos choferes, entonces entre cuidarse de que te echen el trailer, el bus o el taxi, o que se te meta una moto de la nada, es difícil realmente poner atención en si quieres guiñarle el ojo al chofer de al lado.
- Para aquellos que acostumbran hablar por celular sólo cuando se montan a su carro, pues es difícil ya tratar de manejar con el celular en la mano, mucho más sería manejar, hablar por celular y coquetear.
- Y finalmente, no puedo omitir en este comentario el hecho de que las calles se han convertido en el lugar más inseguro. Anda uno cuidándose de que no le asalten, no le rompan el vidrio, no lo secuestren y no lo bajen del carro, así que coquetear no está entre las prioridades de nosotros los conductores.
¿Y si hacemos el amor y no la guerra en las calles? ¿Cuál será el resultado?